lunes, 10 de marzo de 2008

Educación deportiva...

El deporte más educativo

El deporte más educativo empieza en la grada.

En los últimos años, observadores de las competiciones deportivas infantiles veían cada vez con más preocupación que los niños y niñas se tomaban demasiado en serio la faceta competitiva, incluso en las edades de iniciación. Ataques e insultos entre padres y madres de diferentes equipos, actitudes beligerantes hacia los árbitros, agresiones entre los propios jugadores dentro del campo de juego, eran síntomas de un mismo problema que hicieron saltar las alarmas. Ayuntamiento, entrenadores y árbitros se han puesto como desafío recuperar la esencia educativa del deporte, la que permite caracterizarlo como una escuela de valores.

Hace poco más de un año las concejalías de Deportes y de Infancia y Juventud pusieron en marcha la campaña ‘Por un deporte educativo’. Y para que la voluntad de premiar la deportividad sobre la competitividad quede bien clara, este año se ha adoptado una medida pionera: en las ligas municipales no federadas, y desde los niños más pequeños hasta la categoría de infantil, desaparecen las clasificaciones por resultados en todos los deportes de equipo, y son reemplazadas por clasificaciones elaboradas a partir de una valoración de las conductas deportivas que harán los árbitros y los entrenadores de ambos equipos. La nota significativa es que no se valorarán sólo las actitudes de los participantes, sino que a la hora de evaluar a un equipo también influirán las conductas de sus entrenadores y de la afición.

El sábado 10 de noviembre fue la jornada inaugural de los Juegos Deportivos Municipales Infantiles. RD se desplazó a los campos de fútbol “El Vivero”, en el Parque del Encuentro, entre Pablo Iglesias y Covibar. Queríamos conocer de primera mano la opinión de los protagonistas sobre esta nueva modalidad de clasificación de los equipos.

PASARLO BIEN
Empezamos por los principales protagonistas: los jugadores. Raúl, 8 años, integrante de la Escuela Municipal de Fútbol desde hace tres y actualmente en categoría benjamín, lo tiene bien claro: “Yo juego al fútbol para pasármelo bien y tocar balón. Y además tengo mucho amigos en el equipo”. Raúl es un defensa fuerte y aguerrido, y lo demuestra en el campo. “Pero siempre juego limpio”, aclara. No le importa que el resultado del partido no sirva para puntuar: “Lo importante es pasarla bien con los amigos”. De la misma opinión son Aitor, ‘Javitxu’ y Alex, quizás porque los tres son delanteros y están acostumbrados a recibir alguna que otra patada. “Nos gusta el fútbol y lo único que queremos es practicarlo”, dicen ansiosos mientras esperan el inicio del partido.

Recuperar el placer de jugar, independientemente del resultado de los partidos, es uno de los objetivos principales del las autoridades municipales. “Los niños y niñas en edad escolar quieren jugar y divertirse con sus amigos, y no les importa el resultado. Muchas veces son los padres y las madres los que centran el interés en el marcador, cuando lo realmente importante es saber si se lo han pasado bien”, explica Raúl Sánchez, concejal de Deportes.

Nos vamos a la grada para conocer la opinión de los padres. Mar Aceños, madre de Diego, destaca que “hacer deporte es muy importante para que el niño esté activo”. Joaquín Becerra, padre de Aitor, destaca que “lo importante es que practique la disciplina que le gusta, en su caso el fútbol, y verlo disfrutar con el grupo impresionante de amigos que ha hecho aquí”. Javier Cuenca, padre de ‘Javitxu’, cree que “el deporte es bueno para que se forme como persona, y al mismo tiempo es una forma de apartarlo de los vicios”. De la misma idea es Ángel Toribio, padre de Aitor, quien agrega que “el deporte es parte fundamental de su desarrollo físico pero también de su aprendizaje social, porque aquí aprenden a ser parte de un equipo, a relacionarse con niños de otros barrios y culturas, la disciplina, un montón de cosas…”. Joaquín, Javier y Ángel forman fuera de la cancha el mismo equipo que sus hijos dentro: “Nos conocemos desde hace tres años y ya somos una pequeña familia. Nos juntamos fuera del fútbol, los chavales se han hecho amigos y quieren verse en la semana porque no van al mismo colegio”, nos cuenta Joaquín.

Si bien todos los padres y madres coinciden en el papel relevante que ocupa el deporte en la educación de sus hijos, no hay unanimidad a la hora de valorar la decisión de premiar la deportividad en lugar de la competitividad. Los hay que apoyan la decisión sin reservas, como Javier, quién cree que “es una idea fantástica, porque lo que queremos es que los niños lo pasen bien y disfruten del deporte”. Ángel también considera que “es una iniciativa genial, porque sabiendo que no va a haber un campeón lo único importante es que lo disfruten”. Mar se suma al coro favorable a esta iniciativa y destaca que “bastante competitivo es el mundo en todos los terrenos, aquí lo que tenemos que hacer es animarles a hacer deporte y a divertirse”.

También los hay que apoyan con algunas dudas, como Joaquín, que cree que “se deberían premiar las dos cosas, deportividad y competitividad”, aunque admite que “la deportividad es fundamental, y los padres somos los primeros que debemos dar el ejemplo como afición”. José Raúl Guijarro, padre de David, piensa que “por una parte está bien, porque los niños tienen que aprender a respetar al contrario y hacer juego limpio, pero por otra me parece mal porque los chicos siempre tienen rivalidad y un ansía de superación que los motiva, y así se la estamos quitando”.

EL TALISMÁN
Para conseguir este cambio de mentalidad en todos los que intervienen de una u otra manera en el deporte educativo, es fundamental el papel que juegan los entrenadores, directores técnicos y árbitros en su relación con los niños y niñas. Justamente para fortalecer esta idea, en el último año la Concejalía de Deportes ha realizado una serie de actividades dirigidas a formar a entrenadores en el trabajo con equipos y el fomento del juego limpio. Los propios entrenadores han sido quienes han sugerido poner en marcha la nueva modalidad de clasificación por deportividad.

“Así como los padres y madres tienen un rol fundamental en la educación de sus hijos, los entrenadores y árbitros también son muy influyentes en el desarrollo de conductas deportivas. Por eso les hemos pedido que transmitan a los niños y niñas que jugamos para divertirnos y hacer amigos, y que es muy importante el respecto a sus compañeros y a sus adversarios”, insiste el concejal de Deportes, Raúl Sánchez.

Alberto Nuñez, entrenador de la categoría benjamín de la Escuela Municipal de Fútbol, está convencido de que su labor es muy importante en la educación de los niños. Alberto entrena con los niños dos veces a la semana durante una hora y media, tiempo que dedica fundamentalmente a desarrollar diferentes aspectos del juego. “Hacemos ejercicios para fortalecer el respeto a sus compañeros y el sentimiento de equipo, para hacer bloque y que se comporten como una piña. Y también trabajamos en la coordinación del cuerpo y los fundamentos deportivos. Todo con el balón, claro, porque ellos ven el balón y se vuelven locos”, explica. Alberto cree importante transmitirles tanto el sentido deportivo como competitivo del juego, aunque tiene claro que “no queremos sacar futbolistas de élite sino que ellos se lo pasen bien”. Considera acertada la decisión de premiar la deportividad “porque estábamos viendo demasiada competitividad desde muy pequeños. Se lo toman muy a pecho los padres, los entrenadores y hasta los jugadores”, afirma, aunque muestra sus dudas sobre cómo funcionará el mecanismo para valorar la deportividad. “La valoración depende del criterio de cada árbitro y de los entrenadores, y eso es muy subjetivo”, concluye.

José Luis Acón, director técnico de la Escuela de Fútbol, es un ferviente defensor de la iniciativa. Y aparte de sus convicciones, apela a la historia para explicar su respaldo: “Si durante años y años los niños han estado jugando en los patios de los colegios las habituales pachangas para divertirse, y cinco minutos después nadie se acuerda del resultado. ¿Por qué tiene que ser distinto en las escuelas deportivas?”, se pregunta. José Luis no duda en calificar al deporte como “un talismán, independientemente de la especialidad que se trate”, y defiende que “lo importante es que los niños lo pasen bien y trabajen en conjunto, con unas normas y una disciplina, pero que las aprendan jugando y sin darse cuenta”.

Los otros protagonistas de la apuesta por un deporte educativo son los árbitros. David Escarpa es, a sus 18 años, árbitro de las categorías infantiles. Durante los partidos trata de transmitir a los jugadores que “lo único importante es divertirse y pasársela bien”. Si ve algún roce entre los jugadores o que alguno le hace daño a otro le dice que se pidan perdón y no vuelvan a hacerlo. Como todos los árbitros, suele sentirse un poco solo durante los partidos: “Por lo general, en los partidos de los más pequeños la afición no suele protestar, pero a veces algunos padres se creen que es una competición de máximo nivel. Se olvidan de que lo único que tienen que hacer es animar a sus hijos a que lo pasen bien”, afirma.

Jugadores y jugadoras, padres y madres, árbitros y entrenadores. Son los cuatro protagonistas del deporte. Y en esto de hacer un deporte educativo, están todos en el mismo equipo.


Premio a la deportividad
La clasificación por conductas deportivas reemplaza a partir de este año a la tradicional clasificación por resultados que se utilizaba habitualmente. Este nuevo sistema de puntuación se aplica en todas las ligas municipales no federadas, y a los deportes colectivos de las categorías inferiores a infantil (ésta incluida). En la planilla del partido, el árbitro valora de 1 a 10 las actitudes y conductas asociadas al juego limpio y al juego antideportivo de jugadores, entrenadores y aficiones de los dos equipos; una valoración similar hacen los dos entrenadores. Con esa información se establece la puntuación de cada equipo en la clasificación de deportividad. “No pretendemos acabar con el espíritu de competitividad, sino educar en los valores que siempre han sido fundamentales en el deporte”, aclara el concejal de Deportes, recalcando que el cambio en el sistema de premios busca sensibilizar a los más pequeños.

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